jueves, 1 de septiembre de 2011

Características del Patrimonialismo de Max Weber comparadas con el Modelo Mexicano.

1 – Septiembre – 2011
Claudio Báez
Félix González
Raúl Méndez
Características del Patrimonialismo de Max Weber
                                              Comparadas con el Modelo Mexicano
               El patrimonialismo es una forma de ejercicio del poder observada en sociedades premodernas cuyas características primordiales, en su estado puro, Max Weber sintetizó de la siguiente manera: el soberano es visto como el señor que dispensa su favor y su gracia al pueblo; los puestos públicos no son asignados por capacidad y competencia sino por lealtad y simpatía; no hay una formación estricta y regulada de los funcionarios sino una nominación que obedece a la conveniencia de quien posee la autoridad; la actividad de dichos funcionarios con frecuencia se extiende más allá de lo que les está expresamente señalado; el desempeño de los cargos se remunera sobre todo por el usufructo que de ellos se pueda hacer; se obedece más a la disposición individual del gobernante que a leyes fijas y establecidas.             Para Weber el conjunto personas que siguen al gobernante los denomina como favoritos. Para que quede más claro el patrimonialismo tradicional prácticamente es para Weber el dominio que un príncipe o señor ejerce sobre las masas de sometidos y súbditos mediante un aparato burocrático integrado por favoritos fieles el soberano. Esta forma de autoridad que implica una relación social de carácter marcadamente personal, no deja de ser inestable, y representa un serio obstáculo para las posibilidades de una racionalidad económica y política según Weber. Para complementar toda esta información cabe señalar que en el libro de Economía y Sociedad Weber hace una descripción, que se ha vuelto famosa, de la racionalización (de la que la burocratización es una parte) como un cambio desde una organización y acción orientada a valores (autoridad tradicional y autoridad carismática) a una organización y acción orientada a objetivos (autoridad racional-legal). El resultado es una autoridad basada en reglas. La dominación patrimonial es también útil para precisar ciertos rasgos de algunos regímenes latinoamericanos (donde en algunos casos existe un centralismo político y la sociedad civil está subordinada) como en México que a continuación explicaremos.
    Podemos comparar que en México sucede un poco similar la teoría del patrimonialismo de Weber ya que el gobierno mexicano se enfoca en lo que el mandatario y sus súbditos piensan que es lo correcto para el país sin importar las decisiones de grandes expertos y científicos que han estudiado e investigado toda su vida. Por ejemplo los fieles que weber enuncia son los súbditos del presidente son toda esa gente que toma decisiones sin racionalizar las consecuencias económicas y políticas que estás implican. Y en este caso las grandes masas que son los ciudadanos de México sufren las consecuencias. En México existe grandes investigadores en casi todos los ámbitos científicos que se encuentran en la UNAM capaces de colaborar en la toma de decisiones que marquen el rumbo del país, éstos investigadores lo logran desarrollando grandes proyectos que pueden favorecer en resolver algunos de los muchos problemas por los que México atraviesa, el objetivo es que los gobernantes adopten eso proyectos y no solo se basen en su criterio y en las reglas ya estipuladas. Otro punto a comparar es que las autoridades se basan solo en el derecho positivo, es decir, aplican la regla o el supuesto tal cual y no toman en cuenta los valores o el contexto social por el cual México a traviesa, entonces a la hora de juzgar o de tomar decisiones simplemente se fijan en lo que está escrito y no voltean a ver su exterior.
                 Pongamos otro ejemplo ciertamente, en México hay una arraigada tradición de ver al presidente de la república como el padre del pueblo —de allí el paternalismo que lleva a cabo, según criterios de conveniencia y oportunidad, algún tipo de política social para obtener el respaldo de los gobernados —de allí el populismo. Las redes de poder que estableció el régimen de la revolución obedecieron a ese diseño y a la verticalidad de los lazos de dependencia y de lealtad de personas y grupos. Las instituciones gubernamentales tanto del sector central como del descentralizado igualmente cayeron en esa lógica. Destino semejante les aguardó a las entidades federativas en las que la intervención del poder presidencial y sus agentes fue constante.
                 Para solucionar este gran problema de patrimonialismo cito a Gina Zabludowsky quien en su libro Patrimonialismo y modernización reconoce que el mexicano no será un Estado cabalmente moderno mientras no transite del patrimonialismo al sistema legal racional' Pero ese paso tendrá que ser acompañado, necesariamente, por la adopción de un marco institucional inspirado en una verdadera división y equilibrio de poderes que es seguramente lo primero que caracteriza al liberalismo político. Otra cosa que ayuda a frenar el ejercicio arbitrario del poder del Estado es que se ejerza con apego a la ley.

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